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Crear una web, aplicación o campaña de marketing es como construir un rascacielos: para tener éxito necesitas una buena arquitectura, una base sólida y las ideas claras acerca de lo que vas a construir. ¿Verdad que no nos enfrascaríamos en la edificación de la casa de nuestros sueños y, a mitad de obra, nos daría por añadir una planta extra o cambiar la disposición de las habitaciones?. Te indicamos los pasos a seguir para hacer realidad tu proyecto, sabiendo a dónde te diriges y con qué medios cuentas.
Permítete soñar sin perder el horizonte.

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FASE 1: ESTUDIO E INVESTIGACIÓN

En esta etapa resolveremos las preguntas básicas como el objetivo

Esta primera etapa consiste en recopilar la mayor cantidad de datos posible para conocer lo que deseamos (y lo que no deseamos) realizando un profundo análisis de la competencia: páginas webs punteras del sector, tipos de clientes, mercados potenciales.. El propósito es conocerlo todo y mejorar lo existente o, en caso de que nuestras aspiraciones estén fuera de nuestro alcance (por ahora) realizar lo básico para poder arrancar con buen pie. Nuestro objetivo es determinar MVP (Producto Mínimo Viable).

También determinaremos todo lo relacionado con el tipo de web o aplicación que queremos crear: tecnología que utilizaremos, carga de usuarios que tendremos, tipo de público al que nos dirigimos, detectar inconvenientes que nos podemos encontrar (debilidades), identificar puntos fuertes en los que podemos concentrarnos (fortalezas) y, en definitiva, hacer un recorrido imaginario sobre pizarra, papel y mockup donde plasmemos todo lo relacionado con la idea inicial: recortando aspectos innecesarios (o que vayamos a posponer) y añadiendo funcionalidades que consideremos vitales. Es lo que denominamos un "Informe Creativo".

Esta primera etapa consiste en recopilar la mayor cantidad de datos posible para conocer lo que deseamos y no deseamos, analizar a la competencia y determinar qué es lo mínimo que necesitamos para arrancar el proyecto. También determinaremos todo lo relacionado con el tipo de web o aplicación que queremos crear: tecnología que utilizaremos, carga de usuarios, tipo de público al que nos dirigimos, detectar inconvenientes que nos podemos encontrar (debilidades), identificar puntos fuertes en los que podemos concentrarnos (fortalezas) y, en definitiva, hacer un recorrido imaginario sobre pizarra, papel y medio donde plasmemos todo lo relacionado con la idea inicial.

Objetivo: ¿Cuál es el objetivo de mi proyecto? ¿Proporciono un servicio, producto, información o datos? ¿tengo claro lo que quiero?

Fortalezas / Debilidades: ¿En qué me puedo distinguir de los demás? ¿aporto algo al sector? ¿que problemas encontraré? ¿y cómo solventarlos?

Público objetivo: ¿A quién quiero llegar? ¿estoy enfocando mi idea a dicho público?

Contenidos: ¿Qué busca mi público objetivo? ¿Buscan información, un producto en específico?

Monetización: ¿Cómo voy a rentabilizar mi proyecto? ¿venderé productos o servicios? ¿me financiaré con publicidad ofreciendo mi servicio de forma gratuita?

Viabilidad a largo plazo: Las ideas son infinitas mientras que los recursos como el presupuesto y el tiempo son limitados. ¿Qué podemos tener en 3 / 4 meses?

FASE 2: PLANIFICACIÓN

Decidimos las tareas a llevar a cabo, el alcance, tiempos y plazos

Tecnologías a utilizar: Determinaremos los aspectos técnicos que necesitaremos como lenguaje de programación en el que desarrollaremos el proyecto, la arquitectura, el servidor necesario, contratación de dominios, compra de licencias...

Plataformas de desarrollo: Decidiremos en qué plataformas lanzar el proyecto. ¿Lanzamos un portal web, una aplicación o ambos?. En el caso de apostar por una web tendremos en cuenta los dispositivos en los que pretendemos mostrarlo: escritorio u ordenador, tablets, móviles..

Creación de bocetos o mockups: Si lo estimamos, crearemos una serie de bocetos de las páginas o secciones de nuestro proyecto. Esto nos ayudará a determinar la navegación, afinar la usabilidad y preparar un esquema de todas las páginas (wireframes) y visualizar el diseño antes de lanzarnos a programar.

Planificación de contenido: Decidiremos contenidos, mensajes que queremos comunicar, imágenes que utilizaremos como: fotos de galería, contratar fotógrafo, determinar el tipo de diseños que necesitamos crear... proporcionando una guía para el proceso de diseño.


Metodología SCRUM

Creemos firmemente en esta metodología de trabajo con la que el cliente se entusiasma y se compromete con el proyecto dado que lo ve crecer paso a paso, iteración a iteración. Al mismo tiempo permite adaptar parcialmente el software con los objetivos de negocio, ya que permite introducir cambios funcionales o de prioridad en el inicio de cada nueva iteración sin que el proyecto se vea comprometido. Esta forma de trabajo promueve la innovación, la motivación y el compromiso del equipo, al permitirnos tener objetivos claros que son palpables en pocos meses, lo que al mismo tiempo mantiene satisfecho al cliente, que ve como sus ideas se hacen pronto realidad.

Se cumplen las expectativas: El cliente establece unas expectativas realistas que podemos alcanzar en poco tiempo. De esta forma, pasamos de pensar en proyectos mastodónticos y cuasi-infinitos que no veremos operativos en muchos meses, a poder ver nuestra idea funcionando en 3-4 meses máximo. Esto permite maximizar la energía y cumplir fases sin desgastar al equipo de desarrollo ni alterar la idea inicial y pasar a la siguiente fase de desarrollo.

Flexibilidad ante los cambios: Pensémoslo un momento: Todos empezamos el año con multitud de propósitos que se van diluyendo a medida que transcurren las primeras semanas del año. Con los proyectos ocurre lo mismo. Esta idea fresca que todos llevamos madurando un tiempo y cuyo desarrollo celebramos con entusiasmo, pierde fuelle a medida que transcurren los meses y no hemos conseguido hacerlo realidad.

Esto va más allá de una impresión subjetiva y personal: aquella idea estupenda que hemos arrancado va diluyéndose a medida que vemos como aparecen otras opciones similares o mejores a las que habíamos pensado nosotros, cambia el mercado, ocurren eventos, surgen nuevos sistemas operativos o tendencias de uso. En un mercado tan cambiante y dinámico las ideas no pueden esperar tanto. Por este motivo, el poder tener listo en 3-4 meses como máximo un proyecto, permite que vayamos ajustando el alcance casi en tiempo real, adaptándonos a los cambios del mercado y de las tendencias. Los proyectos y las ideas no son estáticas, deben estar abiertas a evolucionar y adaptarse.

Reducción del Time to Market: El cliente puede empezar a utilizar las funcionalidades del proyecto, ir creando base de usuarios y monetizándolo antes de que esté finalizado por completo.

Software de calidad y reducción de errores: Esta metodología de trabajo y la necesidad de obtener una versión final funcional después de cada iteración, ayuda a la obtención de un software de alta calidad.

Más productividad: La conseguimos entre otras razones, gracias a poder ver el horizonte muy cerca. Seamos sinceros, el ser humano no está diseñado para tareas monótonas. Nos encantan los cambios y los nuevos retos. Para un equipo de desarrollo, el poner toda la carne en el asador durante 3-4 meses como máximo y poder ver terminado el producto (lo que se haya determinado) supone el culmen de la productividad, con gente altamente motivada y optimista.

Maximiza el retorno de la inversión (ROI): Al pensar a corto plazo podemos eliminar toda la "paja" del desarrollo, centrándonos únicamente en las prestaciones que necesitamos para la siguiente iteración, que aportan mayor valor y aumentan el ROI.

Predicciones de tiempos: Mediante esta metodología se conoce la velocidad media del equipo por sprint (los llamados puntos historia), con lo que consecuentemente, es posible estimar fácilmente para cuando se dispondrá de una determinada funcionalidad que todavía está en el Backlog.

Se reducen los riesgos: Al invertir únicamente presupuesto y recursos durante fases de 3-4 meses como máximo, permite despejar riesgos eficazmente de manera anticipada e incluso cambiar radicalmente el rumbo de un proyecto sin trastocar demasiado los planes, ni de los equipos de desarrollo ni del cliente.

Tecnologías a utilizar: Determinaremos los aspectos técnicos que necesitaremos como lenguaje de programación en el que desarrollaremos el proyecto, el servidor necesario, contratación de dominios, compra de licencias...

Plataformas de desarrollo: Decidiremos en qué plataformas lanzar el proyecto. ¿Lanzamos un portal web, una aplicación o ambos?. En el caso de apostar por una web tendremos en cuenta los dispositivos en los que pretendemos mostrarlo: escritorio u ordenador, tablets, móviles..

Creación de bocetos: Si lo estimamos, crearemos una serie de bocetos de las páginas o secciones de nuestro proyecto. Esto nos ayudará a visualizar el diseño antes de lanzarnos a programar.

Planificación de contenido: Decidiremos contenidos, mensajes que queremos comunicar, imágenes que utilizaremos como: fotos de galería, contratar fotógrafo, determinar el tipo de diseños que necesitamos crear... proporcionando una guía para el proceso de diseño.

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FASE 3: DISEÑO

Creación de prototipos y diseños finales

Una vez que ya hemos determinado lo que queremos conseguir, elegido plataformas y arquitectura, así como la parte que podemos desarrollar en 3-4 meses máximo, estamos en posición de arrancar con el diseño final que tendrá la web o aplicación.

En esta fase veremos el diseño de las páginas con contenidos y fotografías reales, su logotipo y el esquema de colores elegido, lo que nos permitirá ver de forma palpable, con prototipos, como quedaría finalmente cuando estuviese terminado y le dará vida. ¡Aprovecha esta fase para hacer los cambios necesarios o realizar comentarios! Hacer cambios más adelante se traduciría en costes de todo tipo además de poder ser difíciles de implementar, por lo que se debe aprovechar con inteligencia esta etapa.

Queridos clientes: Incidimos especialmente en este punto, ya que suele ser "un clásico" y un dolor de cabeza para nosotros los desarrolladores. Hablamos en serio: tomaos vuestro tiempo para aprobar los diseños finales y estar seguros de lo que se va a hacer.

FASE 4: DESARROLLO

¡A picar código se ha dicho!

Tras la elección del diseño... ¡Empieza la fiesta!. Por fin tenemos una idea de cómo quedará nuestro proyecto, por lo que estamos en disposición de arrancar con el desarrollo. En esta fase estableceremos fechas de entrega con el cliente dónde iremos presentando los avances y comprobando que todo sigue el rumbo adecuado, escuchando sugerencias y mejoras. En esta fase por tanto (la más larga de todas) implementaremos absolutamente todas las funcionalidades del proyecto: programación de cada página o sección, elementos interactivos, formularios de contacto, animaciones, carritos de la compras, listados, login de usuarios..

En este momento sólo es posible hacer cambios y arreglos menores. Cualquier cambio importante supondrá que NO se han desarrollado correctamente las fases anteriores.

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FASE 5: PRUEBAS, ENTREGA Y LANZAMIENTO

Testeo intensivo de todas las funcionalidades y puesta en producción

Por fin terminamos el proyecto. En esta fase realizaremos pruebas de todo tipo para verificar que todo está en orden y funciona correctamente: se ve bien en los distintos dispositivos, no se producen errores, todas las funcionalidades contratadas responden con lo esperado y satisfacen las necesidades del cliente.

Es el momento de realizar ajustes o retoques finales ya que una vez aprobado definitivamente, se pasará a producción y se abrirá al público, subiéndose a los servidores finales.

FASE 6: SOPORTE Y MANTENIMIENTO

Operar, optimizar, evaluar

Una vez que lancemos la versión final, es igual de importante mantenerlo. En la fase de planificación de este proceso, se decidió si el proyecto queda terminado o se inicia una nueva fase de desarrollo que, a su vez, debe seguir todos los pasos descritos anteriormente.

En caso de que se de por concluido el desarrollo y hayan sido satisfechos los pagos terminaría el ciclo vital del proyecto, pasando a mantenerlo, actualizarlo o implementar medidas de seguridad con los parches de actualización y sucesivas versiones que vayan surgiendo.

Por otro lado, si se contemplaron nuevas iteraciones se daría de nuevo comienzo a la fase UNO del proceso y comenzaríamos la planificación, diseño y desarrollo de esta nueva fase. Esta nueva fase se desarrollaría en un entorno de pruebas, añadiéndose al proyecto existente una vez que fuese concluido y correctamente testeado.

Por otra parte, mantendríamos el soporte del proyecto que está en producción para asegurarnos de que todo funciona correctamente mientras desarrollamos nuevas funcionalidades.

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FASE 7: FUTURO DEL PROYECTO

“- Hey, Doc. No tenemos suficiente carretera para ir a 140 km.
- ¿Carretera? A donde vamos, no necesitaremos carreteras.”

El proyecto ha sido un éxito y velamos porque todo funcione como la seda ¿ahora qué?. Se procura obtener informes sobre el rendimiento, para asegurar que el proyecto siga siendo un éxito.

Es momento de ponerse manos a la obra y hacer marketing. Trabajar fuerte en el posicionamiento y SEO del portal para que éste se muestre correctamente en Google, difundirlo en redes sociales (Facebook, Twitter, Linkedin), mimar los contenidos que se publican, garantizando su calidad, actualizar los contenidos del portal, etc.

Estar presente en Internet es muy vital hoy en día para cualquier empresas. Tener una página web o una aplicación de calidad y actualizada es básico para posicionarse en el mercado, darse a conocer, conseguir nuevos clientes, mejorar tu reputación y, en definitiva, vender productos o servicios y crecer económicamente. Y es que Internet lo es todo en nuestras vidas y, por ello, el crecimiento de una empresa depende totalmente de la presencia que ésta tenga en la red.

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